El Buen Bistec

Toro de Lidia

Es curioso descubrir como el rabo de toro, tan común en las cocinas de Córdoba, Sevilla y Cádiz, aparece también en los libros de cocina de países como México, Guatemala, Nicaragua o Colombia.

La carne del toro es frecuente en las cartas de bares y restaurantes de las ciudades y pueblos en los que existe una fuerte tradición taurina. Ejemplo de ello es sin duda las fiestas de San Fermín, en las que el plato estrella es el estofado de toro y las criadillas. Éstas también se comen en el sur de España.

La carne de toro es bastante sabrosa por lo general, aunque necesita de tiempo desde el "rigor mortis" a su consumo, para que ésta se ablande perdiendo su rigidez. Las partes más apreciadas son el solomillo, el rabo y las criadillas. En caso de consumir otras partes es recomendable poner la carne en maceración para que se ablande.

Hablando con cualquier conocedor del mundo taurino llegaremos a la misma conclusión "del toro se aprovecha todo, hasta el rabo" En cuanto al corte, los filetes deben cortarse en el sentido de las fibras- y si congelamos la carne ésta saldrá más tierna, ya que es una carne que se corta demasiado fresca y necesita reposarse.



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